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ORIENTACIÓN

Desde nuestra Escuela de Formación Marxista Leninista hemos decido inaugurar Orientación, una Sección para aportar al debate político e histórico, así como al análisis de la coyuntura nacional e internacional.

La misma desarrollará la difusión de escritos de los militantes orgánicos de Vanguardia, nuestra Escuela de Formación Marxista Leninista, así como sus vínculos más cercanos, pero también estará abierta a aquellos que quieran realizar un aporte, dar a conocer una problemática o plantear un debate.


Para ello pueden enviar las mismas a nuestro mail: vanguardiaescuelafml@gmail.com desde el que les responderemos a la brevedad.

Foto del escritorOrientación de Vanguardia

Un breve aporte en torno a la figura de San Martin

Actualizado: 13 mar 2021

17 de agosto de 2020

A 170 años del fallecimiento del General José de San Martín continuamos desarrollando nuestra lectura histórica con una nueva columna de opinión, en esta oportunidad del camarada Oscar Ríos, militante orgánico de Vanguardia, Escuela de Formación Marxista Leninista.


por Oscar Ríos.


Esta columna de opinión se suma a los posteos realizados por Vanguardia con motivo del 242 natalicio de San Martín, el 25 de febrero; los 210 años de la Revolución de Mayo; y los 204 años de la Declaración de Independencia; pero se inscribe en la lectura particular de uno de nuestros camaradas como lo hiciéramos también con las columnas de opinión del camarada de Vanguardia, Juan Edelmiro, a 200 años del fallecimiento de Manuel Belgrano titulada “Breve perspectiva sobre la Revolución de Mayo y nuestros símbolos patrios” y la más reciente, a 214 años de la Reconquista de Buenos Aires, titulada: "La Reconquista de Buenos Aires. La constante lucha de clases, Estados e imperios".


Introducción:


Si bien es clara la reivindicación que se hace en nuestro país de una figura tan emblemática como lo es el General José de San Martin, lo cierto es que la misma no está exenta de amplios y diversos debates.


Tanto la historiografía liberal, que lo coloca como parte de la tradición de mayo, como la revisionista, que busca establecer una continuidad en la figura de Rosas, rescatan a San Martín, pero desde perspectivas claramente diferenciadas.


Desde nuestra Escuela de Formación Marxista Leninista venimos construyendo hace un año una Orientación Política en la que incorporamos aquello que entendemos como un necesario Pan iberismo Socialista en pos de poner en pie la plataforma geopolítica desde la cual construir un proyecto universal.


En el marco de dicha Orientación hemos tenido interesantes debates en torno a los procesos revolucionarios hispano-americanos y las independencias nacionales, así como a sus principales figuras.


En esta oportunidad, con el objetivo de extender el debate hacia aquellos que siguen nuestro espacio, y aprovechando los 170 años de su fallecimiento, quería aportar una breve columna de opinión en torno a la figura de San Martín.


Crítica al mal llamado “hispanismo” y a las perspectivas nacional burguesas.


Hay algún sector, que no se inscribe en el pan iberismo que nosotros defendemos sino en perspectivas más acotadas y limitadas, que intentó deslizar una caracterización de San Martín, y los procesos revolucionarios, como funcionales al imperialismo británico partiendo del supuesto de que San Martin, y muchos de los que podríamos considerar padres de la Patria, aunque seguramente no todos, luchaban por la independencia de un territorio que concebían como una nación pre existente y con el objetivo de fragmentar la américa española en mil pedazos.


Esta caracterización claramente errada es fortalecida por la propia historiografía liberal burguesa de nuestros países, que trato de colocar en pie un falso nacionalismo para justificar el proceso de consolidación del estado nacional argentino, que no fue otra cosa que la consolidación de su dominio de clase.


Pero lo cierto es que varios historiadores leen a la Revolución de Mayo, y a los procesos revolucionarios en el continente, no como una guerra de independencia si no como una guerra civil y eso es una diferencia muy importante. Es decir, lo que se enfrentaban no eran grupos nacionales, que en esa época ni si quiera existían, si no grupos políticos, ideológicos, dos formas antagónicas de comprender la concepción del poder, la soberanía y por ende el orden político y económico.


Las revoluciones liberales de principios del siglo XIX inauguraban la idea de que la soberanía es popular, es decir, reside en el pueblo, frente a una concepción aristocrática y feudal que aún la entendía como derecho divino.


De esa forma explican que los procesos revolucionarios, incluyendo la Revolución de Mayo acá en Argentina, desplacen a los Virreyes y creen Juntas y Asambleas pero que en ningún momento se declare la independencia, cosa que se hace recién seis años después de la Revolución de mayo de 1810. Los revolucionarios de mayo no ponían en cuestión la unidad territorial en un principio sino el orden político de esa unidad.


Y de esa forma, explican también, el hecho de que había españoles peninsulares en ambos bandos en pugna y de que el propio San Martin se haya formado militar y políticamente en España. Lo mismo sucedía con los denominados criollos también en ambos bandos en pugna. En esa época, inicialmente, no se leía que la contradicción era nacional, como dije antes las nacionalidades aun no estaban constituidas, o geográfica.


Incluso las denominadas Juntas de Gobierno no se dan solamente en territorio americano, sino que una vez que se produce la invasión de Napoleón, se dan también en territorio español (o peninsular, mejor dicho) siendo la más importante la Junta de Sevilla. La diferencia es que estas Juntas son derrotas por la invasión francesa y no es casual que sea después de la caída de la Junta de Sevilla que por acá no quede más remedio que declarar las independencias.


A pesar de ello hay importantes episodios que no son tenidos en cuenta por la historiografía liberal y la historiografía revisionista como el levantamiento de Rafael del Riego en España, que subleva a 20 mil hombres que iban a ser enviados a territorio americano y lucha por la instauración de lo que luego es llamado “el trienio liberal” de 1820-1823, proceso que se inscribía en la misma tradición que las revoluciones hispano americanas. Ambas historiografías ignoran estos hechos porque no cuadran con su perspectiva nacional burguesa.


Es por esto que de la misma forma es errado pensar que aquellos que adherían a las ideas más revolucionarias de su época, el liberalismo, como San Martín, eran funcionales al imperialismo británico, sería igual que pensar que Lenin fue funcional a esas mismas potencias europeas por enfrentarse al Imperio Ruso de los zares a los que esas potencias querían desestabilizar. Vale aclarar que sobre eso también se han hecho acusaciones similares al señalar como dicho enfrentamiento social beneficiaba en un principio a las potencias europeas enfrentadas a Rusia.


Una plataforma geopolítica al servicio de las ideas revolucionarias


En ese sentido San Martin es, justamente, de lo más avanzando en cuanto a la consciencia política de la necesidad de una unidad lo más extensa posible. Luego de cumplir un rol fundamental en el triunfo de esas ideas en lo que es hoy Argentina, Paraguay y Uruguay, pone en marcha la campaña de los Andes para extenderlo a Chile y Perú. La creación del Ejercito de los Andes, en 1815, es en ese sentido una gesta magnifica, no solo desde el plano militar, sino desde el plano ideológico político. El Ejercito de los Andes era un proyecto de alcance continental al servicio de las ideas más avanzadas de la época.


Es cierto que dicho Ejército necesitó una plataforma política que le asignara una legitimidad social mayor, que le reconociera una soberanía, y es ahí donde entra en juego la independencia de las Provincias Unidas del Rio de la Plata como una herramienta, como la plataforma geopolítica desde la cual expandir su proyecto universal.


De ahí también nuestra reivindicación del pan iberismo socialista ante la expansión del umbral de poder que significo el reemplazo del imperio español por el británico y de éste por el norteamericano, que a su vez se encuentra en su ocaso frente al acelerado ascenso de la República Popular China.


Las plataformas geopolíticas que luego se constituirían en las naciones políticas actuales no eran un fin, sino un medio desde el cual expandir aún más las ideas revolucionarias de la época y extender en el mundo hispano el proyecto liberal revolucionario.


De ahí se desprende un detalle importante, la forma de llamar a los bandos en pugna. La caracterización de “realistas” hacia sus enemigos tenía por objetivo poner el foco en la cuestión política que los dividía en contraposición a una cuestión nacional que aún no existía.


Siguiendo la comparación anterior con la Unión Soviética, la diferencia fundamental radica en pensar porque unos lograron mantener casi la total integridad territorial del antiguo Imperio Ruso, aunque se si se perdieron territorios como Finlandia, y los otros fueron desmembrados en mil pedazos distintos.


En ese sentido es claro que el proyecto de San Martín, y creo que podríamos decir también el de Bolívar, fueron derrotados parcialmente. Sin embargo, hay que tener en cuenta que San Martín era un general, un militar que trato de llevar adelante ese proceso revolucionario lo más lejos posible en lo que pondría ser visto incluso como un gesto de internacionalismo, pero que no era parte, o al menos no la hegemónica, de la Dirección Política de ese proceso.


La dirección recayó en las incipientes burguesías comerciales y agrarias de intereses estrechos o localistas, no sin previas disputas con los sectores más avanzados. Ahí entran los que irían construyendo la condición de dependiente del progresivo desarrollo capitalista nacional.


En ese sentido creo que además podemos plantear una razón más por la cual el Socialismo es superador del liberalismo aún en su momento de auge revolucionario, en la medida que podemos decir que los socialistas fueron más conscientes, y comprendieron mejor, la necesidad de sostener y defender la mayor unidad estatal y territorial posible y para eso tenemos allí, para contrastar, la experiencia de lo que fuera la Unión Soviética y de lo que sigue siendo hoy la República Popular China.


Pero estas experiencias hay que plantearlas como producto de los aprendizajes, y por ende pensarlas como una continuidad histórica, de los que fueron los sectores más revolucionarios de nuestra historia nacional. Esa la mejor forma de tomar a San Martin, de entroncar al marxismo leninismo con la historia de nuestras respectivas patrias y defender simultáneamente el pan iberismo socialista.


De todas formas, hay que tener presente que de siempre que se dirige un proceso revolucionario se debe sortear el peligro de que las fuerzas de la reacción se concentren defensivamente en punto geográfico en particular y quiebren la unidad estatal pre existente, ya que esa es una forma de condicionar a futuro, y debilitar, a una Revolución triunfante, y como ejemplo de histórico de eso aún tenemos el caso de Taiwán, y por supuesto que más allá que los comunistas chinos harán sus balances de porque no lograron derrotar aún a Taiwán, no les podríamos decir que buscaron quebrar, o que no les importo hacerlo, la unidad territorial china.


A favor de los revolucionarios del siglo XIX podríamos decir que no es lo mismo garantizar una unidad territorial hoy, con el avance en comunicaciones, estructuras, transporte, etcétera, que lo que lo era en esa época en un territorio encima tan extenso en medio de un proceso revolucionario con diversos actores en pugna al interior del mismo y diversos agentes políticos, como el imperialismo británico también si, por fuera de él.


Síntesis:


A modo de síntesis podríamos decir que la reivindicación de la figura de San Martín se debe hacer desde esa perspectiva, la de un revolucionario que adhirió a las ideas más avanzadas de su época, que comprendió la necesidad de un Ejercito político al servicio de un proyecto continental y parte fundamental de quienes nos legaron las naciones políticas modernas como herramientas de transformación social.


Desde ese lugar hay que levantar un proyecto que recoja esas enseñanzas adaptadas a los contextos geopolíticos actuales, es decir, que comprenda la necesidad de fortalecer y expandir nuestras plataformas políticas para ponerlas nuevamente al servicio de las ideas más avanzadas de nuestra época, las ideas del socialismo científico, desde un bloque estatal, cultural y social capaz de incidir de forma global.


Por Oscar Ríos, militante orgánico de Vanguardia Escuela de Formación Marxista Leninista.

 


Les recordamos a todos aquellos que quieran realizar un aporte a la sección “Columna de Opinión” pueden hacerlo enviándolos a vanguardiaescuelafml@gmail.com, desde donde les responderemos a la brevedad.

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